ASPECTOS PRÁCTICOS: ALGUNAS PAUTAS
Es importante que los directivos den el ejemplo a todo el personal. Su apoyo y
aprobación son vitales para el éxito del proyecto.
Es una buena idea presentar la meditación a toda la escuela – quizás comenzando en
asamblea; por consiguiente, puede ser más conveniente para cada clase tener sus
propias sesiones habituales de meditación. La mayoría de las escuelas encuentran
mejor meditar diariamente, con toda la escuela.
Un docente que comprende y preferiblemente practica la meditación cristiana
debería coordinar cada sesión.
Muchas escuelas encuentran que el período mejor para la meditación es después del
recreo o después del almuerzo.
La meditación cristiana es una forma de oración. La música ayuda al comienzo y al
final de la sesión; el uso adicional de la lectura de un párrafo de las Escrituras o una
oración ayudan para conducir al período de meditación y puede emplearse una
bendición al final de cada tiempo de meditación.
La duración de la meditación depende de la edad de los niños. Una pauta es meditar
un minuto por año de vida de los niños: así, los de seis años meditan por seis minutos.
En las primeras sesiones, sin embargo, esto puede ser mucho, así que se comienza
por breves períodos de meditación y se aumenta gradualmente el tiempo.
Temporizadores para meditar son ampliamente disponibles y ayudan tanto a
docentes como a alumnos.
Los niños pueden sentarse en sillas, almohadones o en el piso – en tanto estén
cómodos y erguidos. No deberían acostarse en el piso.
Es mejor que el docente medite siempre con los niños. Esto hace a una experiencia
compartida y construye confianza mutua. Si los docentes no se sienten cómodos
cerrando sus ojos, debieran sentarse muy quietos y focalizar su mirada en la vela o el
ícono central. Lo más importante es que los niños tengan una experiencia positiva y se
sientan seguros cuando meditan, de manera que el docente necesita cumplir el papel
de modelo.
La palabra-oración recomendada para la meditación cristiana es Maranatha, que
significa Ven, Señor. Esto es aceptable para muchas religiones. Si no lo es por
cualquier razón, el docente necesita alentar a los niños a usar una palabra sagrada de
su propia tradición.
Siempre se deberá mantener a los padres completamente informados sobre la
introducción de la meditación cristiana en la escuela.
Los únicos recursos necesarios son un lugar tranquilo, tal vez una pequeña mesa
central y un mantel, una vela y/o un ícono, un temporizador y algún medio para
reproducir música al comienzo y al final del período de meditación.
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